Vistas de página en total

lunes, 19 de julio de 2010

CASO KIMEL: POR FONTEVECCHIA





Verbitsky y Cristina Kirchner en el acto por la despenalización de calumnias e injurias.




El lunes de la semana anterior se cerró un ciclo en la historia del periodismo argentino. En el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), Horacio Verbitsky recibió a Cristina Kirchner para agradecer su participación en la ley que eliminó la pena de prisión por calumnias e injurias, espada que pesaba sobre la cabeza de todos los periodistas.-



Si enviando el proyecto de ley al Congreso la Presidenta fue la facilitadora, y Verbitsky el mentor, el periodista Eduardo Kimel fue el artífice.-


En 1989 Kimel publicó el libro La masacre de San Patricio, donde se denunciaban las torturas y asesinatos de tres sacerdotes y dos seminaristas de la orden palotina por un grupo de tareas, en 1976, en plena dictadura militar.-


Uno de los denunciados, el camarista penal Guillermo Rivarola, enjuició a Kimel por calumnias e injurias, causa que Kimel perdió en 1991 en primera instancia, volvió a perder en 1995 en segunda instancia y –también dentro de la década menemista– perdió ante la Corte Suprema.-


Con el patrocinio del CELS, Kimel apeló a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, donde sí obtuvo un fallo favorable que obligaba al Estado argentino a la anulación de los efectos de la sentencia penal a Kimel y la adecuación del derecho interno a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en términos de libertad de expresión. -


Paradojas de la vida, Kimel no pudo participar del evento porque con sólo 57 años falleció el 11 de febrero de este año, pero sí estuvieron presentes su madre y su hija, quienes también habían recibido en su nombre el Premio Perfil especial post mortem en mayo pasado.-


El caso de Kimel elevó al nivel de lo ridículo la contradicción de nuestra sistema jurídico: los ex represores no eran condenados por sus crímenes pero sí lo era el periodista que los denunciaba, por calumnias e injurias. -


Antes de Kimel, varios periodistas fueron condenados a penas de prisión por calumnias y/o injurias.-


En el pasado remoto, el célebre fundador del diario Crítica, Natalio Botana, y más cerca en el tiempo la mayoría de los directores de medios escritos críticos: Julio Ramos de Ambito Financiero, Máximo Gainza Paz del diario La Prensa, Andrés Cascioli de la revista El Periodista y Tomás Sanz de la revista Humor, entre otros.-


La revista La Semana tuvo dos directores condenados a prisión por calumnias e injurias: la que padeció quien fue su director en 1984 y 1985, Néstor Barreiro –actualmente profesor en los cursos de periodismo del Instituto Perfil–, por acusar a un oficial del hundido crucero General Belgrano de sacar a un marinero de un bote para salvarse él. -


El otro condenado fui yo mismo, durante la dictadura militar.-


El querellante fue la propia Policía bonaerense, y se me condenó en 1979 a seis meses de prisión en suspenso.-


Ninguno de los mencionados llegamos a cumplir de forma efectiva las condenas de prisión porque, al ser menores de tres años, quedaban en suspenso; pero el condenado permanecía durante 12 años con el peso sobre sus espaldas de que cualquier otra nueva condena por calumnias o injurias sí sería de cumplimiento efectivo, al ser reincidente. -


Marche preso.


Una condena previa de calumnias e injurias combinada con un juicio por desacato era un caso de prisión segura.-


La figura de desacato era una especie de calumnias e injurias potenciada, porque quien se sentía agraviado tenía fueros especiales, ya sea porque se tratara de un juez o de un funcionario de alto rango (presidente, senadores, diputados, embajadores, entre otros), frente a los cuales el periodista ni siquiera podía oponer la posibilidad de la retractación. -


El desacato fue derogado de nuestra legislación en el año 1993, también gracias a la persistencia de Verbitsky, quien había sido condenado por un artículo publicado en el diario Página/12 sobre un miembro de la Corte Suprema de los ’90. -


Un ejemplo de las consecuencias que tendrá para el periodismo la despenalización de calumnias e injurias se observa en los programas de investigación que tuvo la televisión argentina hace diez años y que todos los canales terminaron levantando por las amenazas de juicio por calumnias e injurias a los periodistas que conducían o participaban de ellos.-


Ahora podrían volver y emular al gran programa de la cadena norteamericana CBS 60 minutos, que todos los domingos realiza tres grandes investigaciones, muchas de las cuales derivan en la renuncia de altos funcionarios. -


Estados Unidos ha venido siendo precursor, tanto en lo bueno como en lo malo, en periodismo y legislación relacionada con la libertad de expresión.-


John Adams, el presidente que sucedió a George Washington, aprobó en 1798 una ley de sedición por la cual se penaba con prisión a quienes publicaran ataques “falsos, escandalosos y maliciosos” contra el gobierno, y diez directores de publicaciones fueron condenados por ella.-


La ley luego fue derogada durante la presidencia de Thomas Jefferson. -


El desacato y la pena de prisión por calumnias e injurias eran figuras jurídicas tan arcaicas como la ley de sedición de Adams, pero todavía seguían vigentes en la Argentina.-


Gracias a Kimel, al CELS y a Horacio Verbitsky, también aquí ya son historia.



Nota completa en:


http://www.perfil.com/contenidos/2010/07/17/noticia_0004.html



No hay comentarios: