“¡Me voy a vivir con papá!”.-
Harto ya de los malos tratos, de los insultos, de las peleas diarias, de los abusos, de la mugre y del hambre, Julito decidió que así no podía seguir ¿viviendo? con su madre.-
Preparó sus cosas.-
Cargó sobre su pequeña espalda la mochila y sus 11 años.
La decisión ya estaba tomada, y era tarde para volverse atrás, a pesar de los miedos y temores por los peligros que implicaba viajar -en compañía de su mas absoluta soledad- semejante distancia.-
Los abrazos, los besos, las caricias y las risas del encuentro con su papá premiaron la heróica hazaña infantil.-
Dos corazones reventaron de amor y alegría.-
Mientras Julito recomponía su alma día a día con sus nuevos amigos del colegio y del barrio, su papá iba tramitando todo el papelerío que la difícil cuestión legal requería.-
Sin embargo hace 3 meses que Julio está preso en Corrientes.-
Hace 3 meses que Julito volvió al calvario.-
Hace 3 meses que un juez correntino los “condenó” a vivir sin contacto alguno.-
En un primer momento la acusación fue “secuestro”, luego “ocultamiento”.-
En realidad la carátula tendría que ser “ensañamiento”, pero contra el padre.-
Nadie escuchó el grito desgarrador de Julito cuando lo separaron del papá.-
Todas las defensas legales fueron rechazadas.-
La decisión estaba tomada:
Su Señoría pegó el martillazo sobre el escritorio .........y a joderse.-
El capricho arbitrario del brazo judicial del Estado Correntino pisoteó el sentido común y la razonabilidad.-
Nadie sabe hoy como está Julito, un pobre pibe de 11 años condenado a los malos tratos, los insultos, las peleas diarias, los abusos, la mugre y el hambre del hogar materno.-
¿Se escapará de nuevo, adonde irá?
¿A la cárcel para reencontrarse con quien le abrió los brazos y le entregó su amor?
La actual mujer de Julio clama Justicia y nadie la escucha.-
Esta es su voz leyendo una carta redactada, en alguna cárcel de Corrientes, para un Hijo y un juez.-
Esta es la voz de un papà:
Sin palabras